Navegando a Bizancio (Yeats rendido por Juan Carlos Villavicencio)
Un poema tan oscuro como tantos poemas de Yeats. Tienen el encanto de la oscuridad, su significado es para los pocos felices. Prevé la eternidad a través del arte.
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Aquél no es país para viejos. Los jóvenes
Tomados del brazo, los pájaros en los árboles
-Aquellas generaciones que se mueren- cantando,
Las cascadas de salmón, los mares atestados de verdeles,
Pescado, carne, o aves, elogian todo el verano
Todo lo engendrado, nace y muere.
Atrapado en esa música sensual descuida todo
Monumentos de intelecto que no envejece.
Un hombre de edad no es más que una cosa miserable,
Un abrigo andrajoso sobre un palo, a menos que
El alma aplauda y cante, y cante más fuerte
Por cada arruga en su vestido mortal,
Ni hay escuela de canto sino el estudio de
Monumentos de magnificencia única;
Y por eso he navegado los mares y he venido
A la sagrada ciudad de Bizancio.
Oh sabios erguidos en el santo fuego de Dios
Al igual que en el dorado mosaico de un muro,
Vengan del fuego sagrado, giren en un círculo,
Y sean los maestros del canto de mi alma.
Extingan mi corazón; enfermo de deseo
Y atado a un animal que va a morir
No sabe lo que es; y llévenme
Al artificio que es la eternidad.
Una vez fuera de la naturaleza jamás tomaré
Mi forma corpórea de ninguna cosa natural,
Sino una forma como la que los Herreros griegos hacen
De oro martillado y esmalte dorado
Para mantener despierto a un somnoliento Emperador;
O ponerse sobre una rama dorada para cantar
A los señores y damas de Bizancio
Sobre lo que ha pasado, o lo que pasa, o lo que vendrá.
(William Butler Yeats)
(Juan Carlos Villavicencio)
Labels: Juan Carlos Villavicencio, Yeats
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